sábado, 22 de octubre de 2011

Yolanda Leal y Oly Clemente (dos reinas del beisbol amateur 1944)

Medina Angarita y Yolanda Leal

El inicio de la temporada de beisbol profesional de la temporada 2011/12 y la elección de la Miss Venezuela de este año, me hizo recordar que en los años 40 se celebró en Caracas la Séptima Serie Mundial de Beisbol Amateur; ese acontecimiento deportivo de gran magnitud, convirtió a la ciudad en un gran   “hervidero” porque se había constituido un comité organizador para elegir a la reina de la serie por votación popular. Como es natural en Venezuela, toda votación  para lo que sea, levanta suspicacia, por una u otra razón: nadie cree en nadie,  los políticos siempre quieren sacar provecho de ellas, quieren sacar ventajas hasta para escoger al borracho del mes.
La elección de la reina de la serie sería en el mes de octubre, pues en Venezuela el beisbol siempre se inicie en ese mes. El comité organizador fijó la fecha para la campaña promocional de las reinas y estableció la fecha de la elección, los locales y horarios para la votación. Ejercerían el derecho al voto, solo los mayores de 15 años, y se dictaron las normas generales para escoger a las candidatas a Reina. Las aspirantes con mas relevancia que yo recuerdo, fueron Oly Clemente y Yolanda Leal, se que hubo otras pero no recuerdo su nombre.
Oly y Yolanda, dos beldades venezolanas, ambas bellas deportistas de reconocida trayectoria pero socialmente distantes; Oly pertenecía a la “alta sociedad”  y por otra parte Yolanda era de Monte Piedad, en la avenida Sucre, se decía que era la candidata popular.  Los políticos aparecieron y cada cual halaba la sardina para el lado de su brasa;  a una la llamaron la morena del pueblo, la popular,  y a la otra Oly la blanca, la sobria,  la de “high”.
 Ambas candidatas tenían sus seguidores por miles, que se movían libremente sin apremio; cada una de ellas tenía un arsenal de apoyo, lo cual vislumbraba una contienda socio-deportiva muy reñida, tan así es, que la campaña pasó de ser un movimiento local a uno con dimensiones nacionales; los comandos de campaña se desplazaban por todo el país buscando votos para su candidata.
Las candidatas en lo personal se exhibían en sus respectivos medios sociales, cada una tratando de sacar ventaja, tal y como hacen los políticos actuales. La prensa nacional y otros medios de comunicación se hicieron eco del fervor que producía dicha elección. Las encuestas, las bolas, rumores, verdades y mentiras volaban a diario; el país casi se paralizó. Eran momentos de gran trascendencia social, se notaba claramente la lucha de clases, la morena del barrio (vs) la niña bonita de la high, alimentada dicha lucha por los políticos. Se llegó al extremo de imprimir unos  volantes que se distribuyeron subrepticiamente que decían “Yolanda Leal para la gente vulgar/Oly Clemente para la gente decente”. Esto cayó como una bomba de mal gusto en Caracas, era evidente que se trataba de un sabotaje, porque nadie en el comando de campaña de Oly fuese capaz de hacer tal cosa, y luego de las investigaciones determinaron que un grupo político radical  fue el autor de tan inescrupulosa idea.                                                                                                  
Era evidente que Yolanda Leal gozaba de un gran favoritismo, movía pueblo; ella sabía que la querían y se dejaba querer, parecía una Evita Perón  Morena.
En Caracas se  votó en cines, teatros y fundamente en dos estadios, el Cervecería Caracas en San Agustín del Norte (hoy Urbanización La Yerbera)  y en el Estadio Nacional en la Urbanización Las Fuentes del Paraíso (hoy Brigido Iriarte). Recuerdo que fue tanta gente a votar que las papeletas de sufragio que agotaron y las personas optaron por recibir el voto a viva voz       aquí estamos cinco votos para…y los anotaban y listo. Yolanda ganó, hubo concentración popular en la Plaza Bolívar, se llenó completamente, yo estuve allí. Gritos, fiesta, papelillos, Yolanda habló y causó sensación. La serie mundial tenía reina, y vale señalar que el día 11 de Octubre del 44 el Presidente Medina lanzó la primera bola de la serie y Yolanda le acompaño.
Yo no pude entrar al inicio del juego, pero con mis amigos esperé afuera para agarrar las pelotas que salían de “foul” por arriba del techo, porque si  alguno lograba agarrar una de esas pelotas,  se convertía en un boleto de entrada a tribuna, devolviéndola  en la puerta principal.  Después de muchos puños y empujones logre agarrar dos pelotas; la entrada del  juego de ese día y  otra bola/entrada  que me sirvió para el día siguiente.
Eso también lo viví
Miguel Ramiro Bermúdez Salazar.

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